
20 Oct Jornadas de la Legal Week 2022
Los pasados días 18 y 19 se celebraron las jornadas de la Legal Week 2022 «Derechos, Libertades y seguridad» en la Universidad Europea.
Un encuentro en el que han intervenido entre otras autoridades, el Secretario de Estado de Seguridad del Ministerio del Interior, el Secretario General del Defensor del Pueblo, la Secretaria General del Patronato de Save The Children, numerosos catedráticos y profesores de distintas universidades, y profesionales del Derecho, y que han sido todo un éxito, tanto por la gran acogida por los alumnos, como por el altísimo nivel de todas las ponencias.
Dentro de ponencias previstas, tuve la suerte y el honor de participar en la mesa relativa a «La profesión del abogado en una España globalizada y en cambio permanente». En la mesa, estuvieron profesionales del Derecho de primer nivel, socios de prestigiosos despachos como Garrigues, Cuatrecasas, Cremades & Calvo Sotelo, Ayuela Jiménez, y Vilches Abogados.
En mi caso, acudí en representación de Daya Abogados, y fue especialmente emotivo, ya que fue como volver a casa, no sólo porque tengo la suerte de colaborar como miembro del Claustro del postgrado de Compliance, sino que, en ese mismo auditorio, donde se celebraron las jornadas, hace unos años defendí mi tesis doctoral.
A continuación, os dejo un breve resumen sobre las cuestiones que se abordaron.
¿Qué pueden esperar los alumnos cuando vayan a acceder al mundo de los despachos? ¿Qué futuro le vemos a la abogacía? Se nos pidió también que habláramos un poco de nuestra carrera profesional.
La conclusión fue que la abogacía es una profesión exigente, con mucha carga de trabajo, en la que manejamos asuntos muy importantes para nuestros clientes. Es una profesión apasionante que exige constancia, pasión y entrega. Se recomendó a los alumnos que fueran avariciosos con su tiempo, que inviertan en la formación y en la formación en valores. Que tengan paciencia, constancia y determinación y que tengan un plan y un objetivo. Aunque no se cumplan los planes y los objetivos hay que tenerlos.
Se recomendó a los alumnos que tengan un buen curriculum, que sepan idiomas, que inviertan en mejorar las soft skills, habilidades sociales, y que se formen en comunicación y en el marketing jurídico.
Hoy se valora mucho la captación de clientes, y generar confianza en los mismos. Que sean capaces de generar valorar añadido, somos muchos los abogados, y debemos destacar, debemos saber vender nuestro producto, y debemos plantearnos ¿por qué deben contrataros a vosotros y no a otra persona? ¿qué valor añadido puedo aportar?
Se aconsejó a los alumnos que se formen en habilidades que sean difícilmente sustituibles, así como la formación en valores éticos, sobre todo cuando empiezan, que necesitarán ayudarse unos a otros.
El ejercicio de la abogacía debe llevarse a cabo con pasión, con humildad y con ética. Los abogados también debemos ser creativos.
La abogacía es servicio. Los abogados debemos tener un espíritu de servicio para ayudar a nuestros clientes.
Adicionalmente la abogacía, es de las pocas profesiones que no sabes lo que te va a pasar durante el día. Hay que saber organizarse y adaptarse.
Se planteó que podían hacer los alumnos para crecer personal y profesionalmente. Se recomendó que invirtieran en formación en legaltech, mundo digital y marketing, que son las herramientas que nos irán sustituyendo a los abogados.
Adicionalmente, los ponentes contaron un poco cómo ha sido su experiencia personal y nos explicaron un poco de historia y de modelo de negocio de los despachos en los que trabajan.
Con relación a la cuestión de si la abogacía ha cambiado y cuál es el futuro de esta. La conclusión fue, por un lado, que es una profesión que esencialmente no ha cambiado en los últimos 200 años, pese a todos los cambios que se han producido en otros ámbitos y otras profesiones, que se han transformado profundamente. Y, por otro lado, que hay herramientas que poco a poco irán transformando el ejercicio profesional, como son la Inteligencia artificial, la jurismetría, y la resolución de casos a través del big data
Se cuestionó si la abogacía y la justicia se podrán sustituir en un futuro por robots o máquinas que resuelvan los casos. La conclusión fue que si bien hay una parte minoritaria de asuntos, como puede ser en el caso de cláusulas de nulidad bancaria, en los que en un futuro (no tan próximo) sí se podría sustituir a los operadores jurídicos, sin embargo, en la medida en que la realidad diaria, presenta una gran complejidad, con muchas variables diferentes en cada caso, impide que se aplique la inteligencia artificial y por tanto, que las personas seamos sustituidas por máquinas.
Adicionalmente, dado que la inteligencia artificial exige etiquetaje, y para el mismo, un criterio humano, será necesaria la intervención de los humanos.
Por último, se apuntó a la poca inversión que se hace en el ámbito de la Administración de Justicia, que parece más propia de otro siglo, lo que nos hace pensar que no se invertirá en los próximos años en estas cuestiones.
En relación a la cuestión del teletrabajo, se afirmó que, si bien los despachos de abogados tienen los medios adecuados para que se pueda llevar a cabo, la realidad es que los medianos y grandes despachos son reacios a su aplicación, entendiendo que es fundamental la conexión personal entre el abogado experimentado y el abogado joven, siendo relevante la interconexión diaria, vaticinando que es difícil que se pierda del todo.
Se preguntó ¿Qué es mejor, partir de una formación general y luego especializarse? ¿O es mejor especializarse directamente? La conclusión fue que salvo para aquellos alumnos que lo tengan muy claro, es preferible la generalidad, ya que permite elegir la rama del derecho con más criterio, dado que cada jurisdicción es totalmente distinta. Lo frecuente es no tenerlo claro, y se recomendó que tengan una formación general primero, que ya tendrán oportunidad de formarse.
Adicionalmente, deben pensar que la mayoría de los despachos de España son pequeños, que no actúan en las grandes plazas, y donde difícilmente puedan ejercer en un ámbito muy específico del derecho.
Se planteó el tópico del dilema ético de si debemos defender a una persona que ha cometido un delito horrible o no. Se concluyó que los abogados tenemos la obligación moral de defenderlo y por su parte, el cliente el derecho a una buena defensa. En determinados casos, la estrategia se centrará más en que el cliente tenga un juicio justo, y no un linchamiento, que en plantear la mejor de las defensas.
Se planteó también en esos determinados supuestos ¿Qué es más ético dejarlo a la mitad porque no te gusta el caso o defenderlo hasta el final? En ese momento la decisión se toma como abogado, no como ciudadano, no como padre de familia, no como hijo. Cualquier persona tiene el derecho a la defensa, siempre teniendo presente que la ética es irrenunciable.
Adicionalmente, se planteó cómo están interactuando los fondos de inversión tan presentes hoy en día y los despachos de abogados. Se habló de la utilidad de los fondos de litigación en casos como el diesel gate, o el cártel de camiones, en despachos que no son muy grandes ya que se encargan de la captación de clientes y en financiar la gestión del caso. Porque de otro modo, despachos más pequeños no tendría capacidad de captar y gestionar a 10.000 clientes.
Se cuestionó ¿cómo se afronta la derrota en un caso? Se afirmó que: El éxito consiste en ir de derrota en derrota sin perder la motivación. La frustración es una herramienta fundamental para el conocimiento, hay que hacer autocrítica y tratar de mejorar. Todos nos vamos a equivocar, el error forma parte del aprendizaje.
Se planteó sobre el actual problema del reparto del Consejo del Poder Judicial, y se concluyó que deben ser los propios jueces los que se elijan entre sí mismos, garantizando la independencia del poder judicial.
Y por último se planteó cómo están afectando a la actualidad de la abogacía, lo que se ha denominado la fuga de talento. La juventud está viviendo la modernidad líquida de Bauman. Antes, los abogados jóvenes al entrar en una firma tenían claro que querían ser socios. Ahora los despachos tendrán que asimilar que haya abogados jóvenes muy válidos que no tengan esa vocación y devoción, que prefieran teletrabajar o tratar de conciliar mejor vida laboral y personal que no sueñen llegar a ser socio. El cambio va a venir más por ahí, por esa visión de la vida, que por la tecnología.
Fue todo un placer y un lujo, debatir sobre todas estas cuestiones, con ponentes de tanto nivel, y en un marco inigualable, la Universidad.
Os dejo con el vídeo (a partir de 6:06:25 hasta 7:45:40 de la grabación):
Álvaro García Sánchez
Director departamento Derecho Penal y Compliance