23 Jul Tribuna de Pablo Gómez Acebo sobre el IRPF en Expansión
Hoy el diario económico Expansión publica una tribuna de Pablo Gómez Acebo, socio de DAYA, sobre el IRPF:
¿Qué hacemos con el IRPF?
Acabada la campaña del IRPF 2014, la experiencia de nuestra práctica profesional y sobre el comentario que hemos realizado sobre el tema en la web de EXPANSIÓN, pone de manifiesto algunas de las deficiencias y propuestas de mejora. Señalamos algunas de ellas:
- a) Integración y compensación de rentas del ahorro
Está claro que el legislador duda o es aficionado a la «yenka». Las ganancias de hasta un año se han integrado en la base del ahorro en 2011 y 2012 y a partir de 2015. En la base general (con los tipos máximos de gravamen) en 2010, 2013 y 2014. Y los contribuyentes a adivinar qué pasará en el futuro y cómo compensar las diferentes rentas de la base del ahorro y las pendientes de años anteriores.
- b) Complementarias por causas a ajenas al contribuyente
Los procesos de nulidad de inversión de preferentes y la percepción retrasada de salarios o indemnizaciones, han dado lugar en muchos casos a la corrección de declaraciones del IRPF de años anteriores.
Los que presentan complementarias por atrasos teóricamente no se ven perjudicados: No hay intereses ni sanciones. Sin embargo estas complementarias interrumpen la prescripción, por lo que objetivamente colocan en peor situación al contribuyente afectado.
- c) El 720 (Declaración de bienes en el exterior)
Eliminen el enrevesado modelo 720 antes de que la Comisión Europea lo tumbe y provoque más fugas de nuestros bienvenidos jubilados europeos. Aprovechen los datos que ya han captado y los nuevos instrumentos de intercambio automático de información. Hagan del Impuesto sobre el Patrimonio una declaración censal general con sanciones por ocultaciones de activos en paraísos fiscales.
- d) Armonicen el Impuesto de renta y el de Sucesiones y Donaciones (ISD)
La actual regulación y dispersión normativa en las Comunidades autónomas implica:
Oportunidades “peculiares” de ahorro en el IRPF en aquellas Comunidades que bonifican el ISD. Las posteriores ventas de bienes heredados pueden dar lugar a ahorros en el IRPF que afectan tanto a los ingresos del Estado como a los de la CCAA de residencia del contribuyente del IRPF.
Cuando las Comunidades no aplican bonificaciones en ISD, los gravámenes de las herencias son más altos que los aplicados en el IRPF a las ganancias patrimoniales.
En el ISD se consideran realizadas todas las ganancias aunque se hereden bienes no líquidos (especialmente inmuebles). Ello ha conllevado a una creciente renuncia a herencias. Deberían buscarse soluciones para establecer mínimos y máximos de gravamen, y facilitar el ingreso de tributos en herencias ilíquidas: Mantener valores históricos y gravar las ganancias en el momento de la venta de activos heredados no líquidos, reducir el mínimo personal del IRPF en aquellos que reciban herencia hasta que puedan hacer líquida la herencia.
- e) Imputaciones de rentas inmobiliarias
Siendo plausible que el Estado penalice la acumulación de viviendas vacías, el gravamen como renta en la base general de viviendas que no pueden generar rentas no es, a nuestro juicio, adecuado en muchos casos: Herencias yacentes, casas utilizadas por descendientes o ascendientes sobre los que existe obligación civil de alimentos, viviendas en obras, etc.
- f) A dónde van mis impuestos
Este año al presentar la declaración se ha añadido un “quesito” indicando el destino porcentual de cada 100 Euros pagados. Nos parece loable toda iniciativa que permita saber en qué se emplea nuestro esfuerzo fiscal. Dos comentarios “macro” respecto al quesito de 2014:
- Ningún porcentaje de nuestros impuestos ha ido a reducir deuda: ya la pagarán nuestros hijos.
- Expresamente se ha omitido el porcentaje destinado a “ayudas a instituciones financieras”.
Sería incentivador que en años venideros, se informe a cada contribuyente cuántas camas hospitalarias, pensiones, plazas escolares etc. se han podido pagar con su IRPF.
Pero sobretodo, cualquiera que sea el marco legal, los asesores agradeceríamos que las campañas del IRPF fueran más aburridas, sin novedades de un año a otro.